Los padres cuando sus hijos son pequeños es posible que dejaban plena libertad para realizar todo tipo de juegos, quienes imitaban todo tipo de actividades de los adultos, preparándoles para la vida, estos juegos les permitía desarrollar sus instintos, su observación, imaginación, la capacidad de poder identificar los peligros a que se pudieran enfrentar en un futuro muy lejano; es decir los sentidos (la vista, el oído y el olfato) se desarrollan hasta permitirlos identificar por ejemplo a través del oído el ruido más sensible, reconocer por el olfato el animal que se acerca.
El aspecto intelectual se desarrolla se puede decir de una manera práctica, los padres le enseñan a cazar, a pescar, aprende a buscar raíces comestibles, a matar animales, a identificar las huellas y reconocerlos por el más leve indicio, así mismo aprende a preparar sus herramientas, haciéndole idóneo para atender sus necesidades, las de su familia y comunidad.
Todo la educación se basa en la observación de la naturaleza y prestan atención a su instinto. Aprenden de su comunidad:
- El culto a los muertos.
- La obediencia a sus líderes, etc.
Prácticas que van mezclando con supersticiones y prácticas mágicas, por el temor o miedo que la fuerza destructiva de la naturaleza les demuestra.
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